La canciller de Alemania, Angela Merkel, advirtió que el país europeo se encuentra en medio de una tercera ola de COVID-19, y que las medidas para reabrir las escuelas y las empresas deben considerarse con precaución mientras se debate cómo salir del confinamiento y aliviar su débil economía.
El fin de las restricciones sociales debe ir acompañado de más pruebas y vacunas contra COVID, dijo Merkel a los legisladores del bloque conservador liderado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) este martes en una videoconferencia, según un participante en la llamada.
La canciller alertó que la variante británica del virus ya se está extendiendo en Alemania, lo que amenaza el éxito de los esfuerzos de contención del virus en el país.
Helge Braun, jefe de gabinete de Merkel, comentó a los legisladores que la mutación del virus podría conducir rápidamente a un aumento de las nuevas infecciones, con la llamada tasa de incidencia -una medida clave para los casos diarios confirmados- aumentando hasta 800. La tasa de incidencia media en Alemania es actualmente de 60, según datos del Instituto Robert Koch, y Merkel ha fijado una tasa de 50 como mínimo para levantar ciertas restricciones, con la posibilidad de que se suavicen más restricciones con una tasa inferior a 35.
Los funcionarios federales y estatales han propuesto diversos planes para salir del actual bloqueo, lo que ha provocado cierta confusión sobre la gestión de la pandemia. El ministro de Sanidad, Jens Spahn, se vio obligado a abandonar un plan para ofrecer pruebas gratuitas a partir de marzo, ante la oposición de los dirigentes estatales. Merkel discutirá las estrategias de las pruebas en su próxima reunión con esos funcionarios el 3 de marzo.